Producción, fotografía & audiovisual

Blog

My Korean Summer

 

En mayo del 2015 recibí una llamada. Fue todo un poco random, pero en resumen, me ofrecían pasar un verano en Corea dando clases de inglés a niños. Básicamente work & travel con casa incluida por tres meses. Ni lenta, ni perezosa, busqué los boletos, y un mes me encontraba abordando un avión rumbo a Corea del Sur.

 
 

Honestamente, yo no tenía una idea a lo que me enfrentaba. Es poco común encontrarse a centroamericanos en aquel lado del mundo (¡pero bien qué los hay!). Así que me decidí a aprender y maravillarme sobre la marcha. Tres meses no son mucho, y esto apenas un “Crash-course” introductorio a Corea del Sur.

Changdeokgun, Seoul. Photo: Cris Robles

Changdeokgun, Seoul. Photo: Cris Robles

Changdeokgun, Seoul. Photo: Cris Robles

Changdeokgun, Seoul. Photo: Cris Robles

Cheonggyecheon 청계천 Photo: Cris Robles

Cheonggyecheon 청계천 Photo: Cris Robles

Los  jjimjilbang  o saunas coreanos

Si vas a Corea, no te puedes perder los  jjimjilbang. Son básicamente baños públicos con muchísimas opciones. Saunas secos, fríos, calientes, piscinas con diferentes temperaturas, hasta servicio de masaje, si lo deseas. Normalmente son muy baratos y puedes pasar ahí hasta 24h, por lo que inclusive puede considerarse una buena opción si estás viajando entre ciudades y los hoteles se salen de tu presupuesto.

Los  jjimjilbang son segregados, o sea, hay sección de hombres y sección de mujeres. Ten en cuenta que la desnudez es parte de la experiencia, ¡así que a dejar toda la vergüenza de lado! (Por que te verán desnuda señoras coreanas (y tú a ellas también).

Souju, K-pop y cosmética

De las primeras cosas que hay que aprender en Corea, es que en cualquier casa a la que entres, hay que quitarse los zapatos. Yo en lo personal apoyo la idea y la aplico a diario en mi espacio personal. Es más cómodo, ordenado y sobretodo limpio.

Girls k pop dancing in Seoul, pic: Cris Robles

Girls k pop dancing in Seoul, pic: Cris Robles

Con el K-pop, tienes dos opciones: lo amas a muerte o aprendes a vivir con él. Por que te saldrá hasta en la sopa. Al final del día, te acostumbras y sin darte cuenta, terminarás hasta apreciándolo (en dosis bajitas…. por favor)

No me considero fan, pero lo tolero tranquilamente. Es que lo escucharás en todos lados. Supermercados, plazas, restaurantes, farmacias y tiendas. Lo que me lleva a mi próximo tema: la cosmética coreana.

Si le preguntas a mi abuela cual es la mejor cosmética, posiblemente te dirá que la francesa, pero si le preguntas a esta pinche millennial, sin duda diré que la coreana es la mejor. Sin.lugar.a.dudas.

El cuidado de la piel es fundamental en la cultura coreana. Es como cepillarse los dientes. No miento, si te digo que cada 100 metros hay una tienda de maquillaje y cosmética. Al principio puede ser abrumador ver tantos productos que no tenías una idea de que van, para que son o cómo funcionan, pero si investigas un poco, encontrarás cosas maravillosas y a muy buen precio.

La cultura del auto cuido es complicada en Corea. Hasta hace muy poco las semanas laborales no tenían límite de horas (hasta el 2018 se estableció una jornada laboral de máximo 52h semanales) y en sí, no existe una palabra para “autocuido”. Lo que si existe, es hwak haeng: hacer algo pequeño que te haga sentir bien.


Metro de Seoul - foto Cris Robles

Metro de Seoul - foto Cris Robles

Corea me agradó muchísimo, pero tengo que admitir que a veces me sentía un poco fuera de lugar. ¿cómo explicarlo? Es como cuando te introducen a un grupo nuevo de personas que llevan muchos años conociéndose. Todas son amables contigo y te dan la bienvenida, pero de pronto alguna dice algo que no entendiste, pero todas se ríen y te quedas con cara de total perplejidad. “Lo siento Cris. Fue un chiste interno” y la cosa continua como si nada. Bueno así me sentí. Nada personal, pero más de una vez te quedas un poco descoyunturada.

Así fue como me di cuenta que la forma más fácil de conocer gente, es por medio del Soju. Este es un licor de arroz destilado. Normalmente no tiene mucho sabor mas que a un licor fuerte, y lo venden en las tiendas por menos de un dólar. A mí particularmente me gustaba el que tenía sabor (durazno o arándanos) pero ¡ojo! es algo fuerte (20% de alcohol). así que hay que tomarlo con cuidado, para no quedar estúpidamente ebria en cuestión de minutos.

En Corea se bebe mucho. MUCHO. Me sorprendió ver gente embriagarse con sus jefes, un martes para estar el miércoles a las 8.00am en la oficina, para luego salir a tomar con el jefe soju por la noche, y así sucesivamente…

Seguridad y comida

En Corea nunca me sentí insegura. Creo que es de los lugares que he conocido donde más tranquila me he sentido andando por la calle. Yo, mujer latinoamericana, a quien le han enseñado a tener ojos en la espalda, a abrazar mi mochila en el bus, caminar sin audífonos de camino a casa y a desconfiar de cualquier esquina oscura. Cómo explicar que mi primera bici la tuve a los 21 años por que a mi madre le daba pavor de que me mataran siete veces antes de caer al suelo por robarme la bicicleta. Bueno te imaginarás el paisaje tétrico.

Entenderán mi shock, cuando pasé de eso, a un lugar donde para refugiarme de una lluvia torrencial por la noche, me metí debajo de un puente con una amiga a esperar que escampara, con un chico que escuchaba hip hop y una señora octogenaria.

Esa misma semana casi me atraganto con fideos, al ver que un chico dejó en la mesa de un restaurante, su billetera y su iPhone recién salido de la fábrica, sobre la mesa, mientras salía 15 minutos a fumar.

¡La comida callejera es deliciosa!

¡La comida callejera es deliciosa!

El Bingsu es clásico postresito de verano

El Bingsu es clásico postresito de verano

onmyeon - fideos en caldo de ternera

onmyeon - fideos en caldo de ternera

La comida coreana es espectacular. Punto. Me parece que la combinación de texturas, sabores y preparaciones son exquisitas. Además es picante. Muy picante.

Desde snacks que se preparan en la calle, hasta elaboradísimas parrilladas coreanas, hay de todo para escoger. A pesar de lo que puedas imaginarte, no es gastronomía muy veggie-friendly, y eso hay que tenerlo en cuenta desde el principio. Personalmente creo que es mejor aventurar a probar cosas nuevas, así que en vez de dar un listado de lo que amé y lo que no, prefiero hablar un poco sobre la etiqueta en la mesa.

Para empezar, hay que esperar a que se indique dónde debes sentarte. La cultura coreana tiene muchísima influencia del confusionismo, por lo que hay jerarquías desde el idioma, hasta la mesa. Todas ellas traspasadas por la edad, género y hasta el trabajo.
Se suele comer en una mesa bajita y sentadas en el piso. A la mesa se le llama bansang y es propia de la cultura hansik. Se suelen servir entre tres a nueve acompañamientos o banchan (lo que denominaríamos botanas, entrantes, o tapas) que suelen ser de toda variedad de carne, pescado y verduras. Los platillos principales suelen ser arroz y sopa. La idea es que toda la comida es para compartir entre todas las personas de la mesa, por lo que no se sirve un plato individual para cada persona, sino que cada quien agarra un poquito de cada cosa en su propio plato.

Hay bastantes “negociaciones tácitas” que atraviesan la etiqueta coreana en la mesa, (y si te soy sincera, no me acuerdo de todas) pero a grandes rasgos: no comas muy rápido. Trata de ir a los mismos ritmos que los demás (que será dictado por la persona mayor en la mesa). Trata de no agarrar grandes porciones de comida, ve de a poquitos. No te sirvas la bebida. Espera a que otro te la ofrezca y la sirva en tu vaso. Recuerda que al terminar, no dejes los palillos ni la cuchara en el tazón. Colócalos de nuevo donde estaban cuando te sentaste a la mesa.


Corea del Sur fue una experiencia fantástica, y siempre que me preguntan, digo lo mismo: no puedo esperar el día en que volveré por allá. Dejo aquí una galería de fotos para que puedas explorar un poco de mi experiencia de hace unos años. Cuéntame: ¿Te gustaría visitar Corea? ¿Qué es lo que más curiosidad te genera?