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Spaghetti Western

Almería

Un viaje al corazón del Spaghetti Western.

Cabo de Gata, Iglesia de las Salinas, 2019

Cabo de Gata, Iglesia de las Salinas, 2019


Costa Rica: El olor a sal es algo que extraño muchísimo. Recuerdo cuando estaba en la universidad, y cada tanto me escapaba del Valle Central para ver el mar. Fuera el Caribe o el océano Pacífico, siempre tenía la opción de hundir los pies en la arena y ver las olas ir y venir una y otra vez. Pero desde que dejé tierras tropicales, el mar no es algo tan común como yo quisiera.

Madrid: Este es mi 4to invierno en Europa y tengo que admitir que en estas fechas siempre la paso mal. El frío de mis articulaciones, la falta de sol entrando por la ventana. Siento un letargo físico y emocional. Cosas tan pequeñas como salir a la calle se vuelven monumentales y necesarias.

Tengo mapeadas las esquinas de mi barrio. Como reloj suizo. Sé en que rincones pega el sol en que horas y por cuanto tiempo. y Por un poco de vitamina D serpenteo las calles como una largartijilla, evaluando los espacios para sentarme 10, 15 o a veces con suerte 30minutos, donde el sol me pegará directamente en la cara. La vida en los trópicos me enseño a ir siempre por la sombra. En el centro de la Península Ibérica, tuve que a aprender a rebuscar el sol en invierno.

Almería: quise empezar el 2020 buscando sol y silencio. me gusta la vida de la ciudad, pero este año que acaba de pasar, me dejó particularmente aturdida. Mi pareja y yo no somos muy de fiestas, y por diversas razones hemos dejado de lado las típicas cenas familiares para crear nuestras propias tradiciones y rituales.

Así pues, decidimos explorar una parte de España que ni él ni yo conocíamos. Un poco con la idea de limpiar las energías para empezar el 2020 con un baño de sal y silencio. Montamos las bicis al coche, y partimos a Cabo de Gata.


Decidimos pasar los últimos días del 2019 en Cabo de Gata. Un pueblito chiquitito a 22km de la ciudad de Almería. En estas épocas del año, la verdad es que el pueblo está muy vacío y casi todos los negocios están cerrados. O sea: es perfecto. En sí, es un pueblo de pescadores, con una playa kilométrica rodeada de una salina. Al pasar las salinas, la carretera sube unos peñascos que llevan al faro. En si la carretera está en buenas condiciones, pero tiene curvas muy cerradas y una inclinación del 10%. Por lo que es importante ir con cuidado, sobretodo digiriendo el paisaje entre desierto y mar.

En toda la zona hay lugares maravillosos que visitar. Los paisajes son violentos y silenciosos, productos de antiquísimas erupciones volcánicas que formaron la costa. Además, la luz de Almería es maravillosamente cinematográfica. El desierto de Tabernas, era la locación perfecta para filmar clásicos westerns como “The Good, the Bad and The Ugly” o “A Fistful of Dollars” de Sergio Leone. Los viejos sets todavía están en pie y se pueden ir a visitar.

¡tips de viaje!

Pro’s

  • Es una zona muy ciclable. Particularmente para bicis de Gravel o Montaña

  • a pesar de que es prohibido acampar en la playa, hay zonas dónde es posible aparcar con un “camper”.

  • A mí, me parece un puntazo que no hay los clásicos “chiringuitos” de playa.

  • El mar es tremendamente calmo

  • hay pesca fresca todos los días (¡yumi!)

¡Ojo!

  • No hay transporte público frecuente. En los días que estuvimos ahí no vimos un sólo bus pasar, por lo que llegar a Cabo de Gata, puede ser complicado si no tienes vehículo propio. Puedes llegar a Almería sin problema desde Madrid, pero de ahí se puede complicar la cosa.

  • El agua de grifo, aunque potable, tiene un sabor extraño.

  • nosotros fallamos en no llevar una hornilla para cocinar, en serio recomendamos que llevar algo que facilite prepararse comida.